
06 Oct Conociendo el restaurante Random
Te voy a contar cómo conocimos el restaurante Random… todo empezó como una idea loca de Gabi y mía de hacer una serie de posts hablando sobre diferentes lugares de Madrid. Una especie de guía de lugares especiales para nosotros, de diferentes tipos, unas veces restaurantes, pero también rutas de compras, sitios para ver, etc. Ya que esta idea llevaba gestándose durante mucho tiempo, decidimos inaugurar “Meet Madrid”, sin más demora, en un día especial: el día que conocimos Random.
Antes de nada, tenemos que situarnos en la presentación de un producto en un lugar llamado “El Columpio”, en la calle de Caracas (Madrid). El sitio espectacular, da para un post a parte, lo que yo llamo “muy cuki” o “muy monoso”; un lugar en el que predominaba la decoración en madera y mesas de diferentes colores; la verdad, nos encantó.
Uno de los organizadores del evento, al ver nuestra fascinación por el lugar, nos comentó que el local justo de enfrente era de los mismos dueños, espectacular y completamente diferente a lo que estábamos viendo en “El Columpio”; vamos que teníamos que ir.
Es una de esas cosas que no se te olvidan y te rondan la cabeza continuamente y un día…. TENGO UNA INVITACIÓN PARA EL RANDOM!!!!!! Le dije a Gabi emocionada, por fin podríamos conocer el local frente a “El Columpio”.
Fuimos un domingo, justo el día en el que celebrábamos un año viviendo juntos ¡¡que sito!! maravilloso, llama la atención desde que lo ves a lo lejos. Su ubicación es inmejorable, se encuentra muy muy cerquita del famosísimo Hotel Santo Mauro.
Entramos y nos atendió una camarera encantadora que nos recomendó, muy amablemente, diferentes platos a probar. Tras esta primera toma de contacto, hubo tres cosas que nos encantaron del sitio: la decoración, la carta y que es pet friendly.
Nos sentaron muy cerquita de la zona de reservado y al lado de unos ventanales que daban a la calle. Mientras elegíamos nuestra cena, un precioso chihuahua se acercó a saludarnos y nos contaron que en el restaurante admitían mascotas ¡viva!
Para ir abriendo boca nos trajeron un saquito con panes de tres tipos diferentes: pan blanco, de centeno y de semillas con una crema libanesa que me recordaba un poco al sabor del yogur griego; deliciosa.
De entrante, para compartir, pedimos unas croquetas “especialidad de la casa” y como buenos curiosos que somos, y muy fans de las croquetas, no tuvimos opción. Se trataban de unas excelentes croquetas de rabo de toro; de un tamaño bastante generoso y se deshacía en la boca; vamos que ESPECTACULARES.
De segundo yo pedí un steak tartar que no podía ser más curioso: venía emplatado dentro de un hueso! y él pidió unas carrilleras que, desde que visitamos el Spa del Monasterio de Valbuena, somos catadores oficiales de este plato jajaja.
Con el postre yo me dejé aconsejar totalmente y la elección fue un tartufo negro; mientras que Gabi lo tenía decidido desde un primer momento: donuts con salsa de chocolate.
Terminamos la cena con uno de esos cafés con los que das gracias al cielo (no se si a vosotros os pasa pero hay lugares que comes de lujo y fantasía y cuando te tomas el café, te fastidian dejándote un sabor de boca horroroso). Terminamos de comer y conocimos La Terraza y “Anónimo Club”, un club privado al que sólo puedes acceder si conoces la contraseña. Luz tenue, pocas mesas, música… perfecto para un afterwork o tomar algo con amigos tras la cena. Se puede reservar y tener un espacio privado para ti, tus amigos y el barman claro 😉
Si quieres ver más fotos y la ubicación exacta de Random puedes consultarlo aquí.
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